Cuando los días se acortan y aparecen los primeros fríos, pequeñas hordas de diminutos pajarillos arriban a nuestros campos en busca de un sustento más seguro y un clima más benigno que el de sus lugares de origen. Adornan entonces con su presencia y sus cantos nuestros montes, bosques y matorrales, así como linderos de zonas de cultivo. Se trata del variado grupo de las aves insectívoras.
En nuestras latitudes, no todas las insectívoras son invernantes, por supuesto; de hecho hay muchas especies que nos visitan para criar y nos abandonan en invierno para volar al continente africano; otras son sedentarias y nos acompañan durante todo el año; y finalmente otras, a las que nos estamos refiriendo, nos visitan como invernantes y vuelven para criar a sus lugares de origen, normalmente el norte y centro de Europa.
Petirrojo Erithacus rubecula
El grupo de las aves insectívoras engloba a varias familias y subfamilias de variada morfología y costumbres. Unas son típicamente insectívoras, como el petirrojo, las currucas, mosquiteros, colirrojos o papamoscas, y en su mayoría realizan migraciones cuando les falta su fuente primaria de alimento. Otros, como los páridos (familia del carbonero y el herrerillo), están adaptados para explotar una gran variedad de recursos alimenticios, lo que les evita tener que realizar grandes movimientos migratorios.
Curruca capirotada (macho) Sylvia atricapilla
Aunque el mayor enemigo de estas pequeñas aves lo constituye el uso indiscriminado de pesticidas, hay una práctica, muy arraigada en muchas comarcas españolas, que diezma cada año las poblaciones de estos pajarillos que nos visitan en los meses fríos, y eso a pesar de estar prohibida y duramente sancionada. Se trata de la colocación de trampas y perchas con el fin de satisfacer la demanda de “pajarillos fritos”, tristemente incorporados a la gastronomía local.
Curruca cabecinegra (hembra) Sylvia melanocephala
Entre las especies que con más frecuencia son víctimas de los tramperos destacan el petirrojo o “pichi”, la curruca capirotada o “curita” y el colirrojo tizón o “colirrubio”. No escapan tampoco los mosquiteros o “mosquillas”, carboneros o “cagachines”, lavanderas o “tifitas”, papamoscas, acentores, tarabillas, bisbitas, pinzones, zorzales y en general cualquier ave que incluya entre su dieta las ”alúas” (hormigas aladas) utilizadas como cebo en las trampas.
Papamoscas gris Muscicapa striata
En el caso de algunas especies, aunque las poblaciones peninsulares son sedentarias, y por tanto pueden observarse en nuestros campos durante todo el año, en invierno recibimos importantes contingentes procedentes del centro y norte de Europa, y es entonces cuando se hace más notoria su presencia.
Mosquitero común Phylloscopus collybita
Todas estas especies realizan una importante labor en sus hábitats naturales y merecen nuestro respeto y empeño en su conservación, desdeñando prácticas prohibidas que diezman sus poblaciones.
Caso especialmente sangrante, del que no hablamos aquí, es el del "parany", al que está dirigida especialmente la campaña de SEO/Birdlife contra la caza ilegal de aves migratorias en España, y que puede consultarse en este enlace: http://www.cazailegalaves.es/
Para más información sobre las especies citadas se puede consultar la página de SEO: http://www.seo.org/aves_espana.cfm
Juan he visto tu blog,a traves de Jose Manuel Gavilan,muy interesante.La foto del petirrojo,"un pichi" como le decimos aqui muy buena toma.Saludos amigo
ResponderEliminarHola Juan. Una buena colección de pajarillos invernantes. Una pena que muchos de ellos no lleguen a la primavera por culpa de un puñado de desalmados. Enhorabuena y un saludo desde Doña Mencía.
ResponderEliminarUnas fotos estupendas Juan, pero sobre todo esa denuncia que realizas es del todo oportuna en nuestro entorno. Hay mucha gente que se dedica a lo que dices: las trampas, las perchas, la liria...Esto diezma mucho la población de aves benefactoras y es una actividad ilegal. A ver si poco a poco eso se acaba en nuestra Subbética y en todos sitios. Un saludo
ResponderEliminarPreciosas tomas de estos pequeños Juan, lastima que todavía haya gente que trampeen, ojalá yo no me cruce nunca con uno, no dudaría en ya sabes tú, que lastima con lo bonito que hacen estas aves el campo, que lastima, buena fotos como siempre. Un abrazo.
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